El abuelo y la bicicleta Testimonio de Douglas Suárez

Jun 7, 2025

Eso fue lo del abuelo, querido sensei. Un testimonio que se quedó grabado en el alma. Aquel hombre estaba desahuciado. Saturaba bajísimo. Se estaba muriendo, no había otra forma de decirlo.

Había perdido el color, el ánimo, la fuerza. Todos lo miraban con tristeza, con resignación. Pero usted, doctor… usted no.

Usted se acercó con firmeza, como siempre. Le dio su terapia, le hizo los masajes con sal, oró por él con autoridad, con fe.

Fue una escena tan fuerte, tan increíble, que hasta ahora la recuerdo con los ojos cerrados. Pero lo más impactante fue lo que sucedió al día siguiente.

Usted volvió, como solía hacer con los casos delicados.

Entró al lugar, y ahí estaba él ¡de pie!

Y entonces ocurrió el momento más simbólico. El abuelo lo miró, sonrió, y le dijo:—Mírele, doctor… mírele cómo estaba anoche, y mire cómo está ahorita.

Y agarró su bicicleta. Se montó en ella. Y comenzó a andar. ¡El mismo abuelo que 24 horas antes parecía tener los minutos contados, ahora pedaleaba! Fue como ver la vida resucitar en forma de dos ruedas y una sonrisa.

Querido sensei, si encuentro el video, se lo voy a compartir.

Porque fue uno de los testimonios más bonitos, más puros, más vivos que he presenciado.

Y sin duda, una de las curaciones más lindas que Dios obró a través de usted.

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